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- El emperador ha regresado
- Capítulo 2 - El emperador vale dos hojas de plata (1)
Para sorpresa de nadie, los gritos no sacaron al perpetrador.
Juan mira al cielo y deja escapar un suspiro mientras el vasto cielo se traga su grito ensordecedor.
Un cielo azul claro.
Lentamente se pone de pie e inspecciona su estado.
Delgadas extremidades parecidas a un esqueleto y pequeñas manos blancas.
—Aproximadamente 9 años eh.
Por un momento, Juan pensó haber vuelto al pasado.
—No. Nunca fui tan frágil a esta edad.
La estructura de su cuerpo se reconfiguró para igualar la proporción de maná en él internamente.
La mayor parte de su fuerza de cuando era emperador se ha desvanecido y todo lo que quedaba era un poco de maná lo suficiente para mantener en funcionamiento su nuevo y endeble cuerpo.
Se le dio un cuerpo con capacidades físicas acordes a su edad.
Juan reflexionó sobre cualquier magia que pudiera utilizar.
La base de su fuerza durante su ascensión como emperador residía en su habilidad mágica.
Magia con capacidades que podrían nutrir al mundo entero, mirar en diferentes dimensiones, incluso crear algo de la nada, su conocimiento mágico previo aún permanecía en su cabeza.
Era precisamente un maestro de todo tipo de magia, pero sin maná no podría usarlo en su beneficio.
Pero como emperador nació para proteger a su pueblo. No solo sabía magia, sino esgrima, estrategia, arte somático, Juan dominaba todo lo necesario para una batalla.
Yendo más allá del sentido común, ser pionero en nuevas dimensiones. Tener habilidades para fortalecer a los demás humanos para que pudieran tomar represalias contra los dioses. Todavía tenía todo este conocimiento.
Juan con esta fuerza unificó el continente y ordenó a la humanidad luchar contra dioses y demonios para someterlos.
El dios de la guerra fue decapitado bajo su espada, el corazón del dios de la magia fue destrozado con su magia, y sus cadáveres fueron trofeos de guerra de Juan.
Con más tiempo, habría fortalecido a la humanidad para que nunca se desmoronaran.
Pero ahora, su poder estaba casi desaparecido, goteando como arena.
No queda nada.
Con este cuerpo débil, no podría mostrar ni una milésima de ese poder que alguna vez tuvo.
—Bien. Como sea….
Juan se recostó en el suelo.
El sonido de las cenizas crepitantes se desvaneció y se convirtió en polvo.
Un cielo azul claro.
Un buen día para resucitar. También para morir.
Una resurrección no deseada.
Simplemente no le importaba en lo más mínimo, qué año era o donde estaba.
—Muramos de nuevo.
Morí sin ningún arrepentimiento persistente.
Ver cosas innecesarias solo traerá más remordimiento.
Si me entero de los sucesos después de mi muerte, qué circunstancias exactas causaron mi muerte, no sé cómo reaccionare.
Si me lo propongo, hay miles de formas de recuperar mis poderes. Si me recupero, podría incendiar el imperio, el continente e incluso el mundo entero.
No hay nada que me impida hacerlo.
Un susurro silencioso se puede escuchar en algún lugar profundo de Juan. Juan rechazó sus pensamientos internos. Su conciencia se fue volviendo lentamente a dormir.
Lo que lo despertó fue una voz.
—Oi.
Alguien estaba tocando su pierna.
Emperador desde el momento en que nació, Juan se divirtió con el trato despreocupado que se le dirigía. Lentamente, abrió los ojos.
Un hombre con turbante y rostro incoloro lo miraba.
—¿Quién eres, estabas huyendo del gran fuego?
Detrás de él había un carruaje que transportaba a muchos esclavos con expresiones demacradas.
Sus manos y pies estaban encadenados con cadenas de metal.
—Un traficante de esclavos …
Mientras fue emperador, Juan prohibió estrictamente la esclavitud.
Asimismo, Juan no dio permiso para apuñalarlo por la espalda.
A pesar del esfuerzo de uno, sabía que en algunos lugares prohibir algo no evitaría que ocurriera.
—No me molestes.
Cuando Juan le dio la espalda, el traficante mostro una expresión absurda en su rostro.
Una vez más, pateó los muslos de Juan con fuerza.
—¿Dónde están tus padres? ¿Estás solo?
—El bienestar de mis padres no es de tu incumbencia. Deberías de pensar en cuidar de tus propios padres.
—Mira nada más, tenemos una mierda arrogante por aquí.
Después de escuchar la respuesta de Juan, el traficante de esclavos juzgó que Juan fue abandonado debido a su extrañeza.
De lo contrario, ¿por qué un niño sin ropa estaría acostado en un campo de cenizas?
El gran incendio, de origen desconocido, duró varios días. Se extendió por las grandes llanuras y provocó que muchas tribus perdieran sus hogares.
Para reducir el número de bocas que alimentar, se abandonaron a uno o dos niños.
El comerciante de esclavos arrastró al luchador Juan a la parte trasera del carruaje y lo subió.
En el carruaje se veían pies sucios atados con cadenas de metal. Se le enviaron muchas miradas curiosas.
Ahora, sin nadie que interfiriera, la conciencia de Juan se desvaneció en un profundo sueño.
Imperio del Sur – Tantil
Similar al color del desierto, una fortaleza amarilla se encontraba en medio de un mercado abarrotado.
En el mercado se intercambiaban especias, alfarería y alfombras, cosas que se encuentran comúnmente en el distrito sur. Pero, sobre todo, lo que más se buscaba eran esclavos.
Un asentamiento ubicado en el rincón más alejado del imperio albergaba a muchos demi-humanos que habían sido expulsados por los humanos en busca de un nuevo hogar.
Unos pocos demi-humanos ascendieron en lo alto de la escala social del imperio, pero todavía eran menospreciados. Muchos de los que se encontraban fuera de las fronteras eran capturados y vendidos como esclavos.
Y el Coliseo de Tantil era el lugar donde se vendían la mayoría de los esclavos.
—¿Cuántos en total?
El inspector de esclavos pregunta mientras verifica la condición de cada esclavo.
—Ocho en total. Uh …
—¿Eso incluye el +1 de aquí? ¿Que es esto?
—Ah, te lo iba a explicar. En el camino de regreso, lo encontré y decidí agregar uno más a la lista.
Con el ceño fruncido, el inspector mira a los esclavos. Confusión y desesperación se veía en sus ojos. Pero entre ellos, encontró a un niño de ojos azul claro que le daban una sensación de profundidad infinita como un océano.
El inspector levanta la barbilla del niño con el extremo inferior de su bolígrafo.
Una figura delgada y escuálida. Forma exterior delineada por sus huesos. Ojos hundidos.
Trozos de ceniza negra manchados en su cuerpo reforzaron la historia de que lo habían encontrado en el camino hacia aquí.
—Parece estar cerca de la muerte.
—Jeje, inspector. Mire su cabello. Las personas de cabello negro son famosas por su terquedad para no morir. Sus dientes también están bien desarrollados y en forma. Al examinarlo apenas y hay una cicatriz en él. Su apariencia no es muy buena, pero valdrá la pena.
Irritado por sus comentarios, el inspector mira al traficante de esclavos, quien le devuelve la mirada torpemente con una sonrisa.
—Con el gran incendio, muchos demi-humanos abandonados se han escondido a salvo. Va a ser difícil satisfacer la demanda de esclavos. ¿No dijiste que aspire todos los que pueda encontrar en lugar de buscar los que valgan la pena? Si se hace cargo de mis costos de transporte, estaré feliz de hacer negocios en otro lugar.
El inspector ignora las palabras del comerciante y saca su bolsa.
El comerciante se frota los dedos con entusiasmo y extiende sus cuatro dedos. El inspector resopla en respuesta.
—¿En total?
—Aii go ~, incluso el emperador se quedará sin palabras con esa cantidad. Estaba hablando del costo de transporte del niño …
—No tengo ninguna intención de pagar el estándar por ese equipaje extra que trajiste. Una hoja de oro para los hombres, 8 hojas de plata para las mujeres y 1 de plata sería suficiente para el equipaje ‘extra’.
—Traerlo aquí costó 5 hojas de bronce en impuestos. Además, considere el costo soportado por tener que alimentarlo en el largo viaje de regreso … No me quedaría ningún ingreso. Tienes que darme al menos 3 hojas.
Por supuesto, el comerciante lo encontró hoy al mediodía y no pagó ningún costo de alimentos, pero lo utilizó para respaldar su disputa.
Sin embargo, el inspector refutó rotundamente.
—Entonces llévalo de vuelta. Nunca recuerdo haber pedido por un chico como él.
Haciendo una mueca de amargura, el comerciante pensó que podría obtener una mejor oferta en el mercado.
Pero en ese momento estaba agotado de hacer el largo viaje por las llanuras.
No podía molestarse en buscar otro lugar para vender. En su mente deseaba desesperadamente ir a su habitación y descansar.
—¡Muy bien, entonces dos hojas! ¡Tomaré solo su precio base! Solo eso….
—No es la primera ni la última vez que hacemos negocios, así que solo por esta vez, aceptaré su precio.
Los dos intercambiaron la misma conversación habitual y se dieron la mano.
Nadie en este día sabía que el destino del emperador que conquistó el mundo había sido vendido por dos hojas de plata.
Juan se despertó con la sensación de que algo le entraba en la boca.
Juan casi sin pensarlo lo escupió, pero decidió dejar que algo parecido a la avena fluyera por su garganta.
Era un instinto natural tragar cualquier cosa que entrara en su boca cuando uno estaba cerca de la muerte.
Al abrir los ojos, una joven elfa de rostro demacrado apareció ante su vista.
La elfa tenía a Juan en su abrazo y le daba papilla con delicadeza en la boca.
Mirando hacia el techo hecho de roca, se podían ver trozos de moho.
—No te enfermes, cariño. Cariño, no te enfermes …
La elfa le susurró a su oído. Era una extraña elfa, pensó Juan.
Junto a él una voz le hizo una petición.
—Niño, sé que estás sorprendido, pero ¿podrías quedarte quieto?
Era un fauno. Macho y delgado, bastante musculoso con cuernos de cabra montesa, crecidos en su cabeza.
—Esta noona está un poco enferma, pero le recuerdas a alguien.
A Juan le entró otra cucharada de papilla. Juan lo tragó instintivamente.
Habiendo escuchado ya la petición del Fauno, Juan se sintió grosero al negarse a comer. Cerró los ojos.
Teniendo una sensación de que su cuerpo estaba cubierto, parecía que le habían puesto algún tipo de ropa andrajosa.
Su vida útil se había extendido, pero esto solo retrasaba lo inevitable. La vida de un esclavo no dura mucho.
—Maldita sea, guarda tu simpatía.
Se escuchó una voz sarcástica.
Ante esas palabras, el Fauno se puso de pie con una expresión irritada. El hombre calvo que expresó las palabras sarcásticas también se puso de pie.
—¡Sabes que tener boca no te da derecho a decir lo que quieras!
—¡Lo que dije es solo la verdad! ¿Crees que dije algo inapropiado?
El fauno se arrojó sobre el calvo provocando un alboroto.
Los esclavos dentro de la pequeña habitación se encogieron para no quedar atrapados en la conmoción.
El fauno tenía un cuerpo más pequeño que el hombre calvo, pero la pelea parecía estar igualada.
Al escuchar la conmoción, un guardia se acercó corriendo.
Al darse cuenta de la pelea dentro de la jaula, el guardia golpeó las barras de hierro con su lanza.
Solo entonces, los dos hombres cedieron distancia y se separaron.
—Pequeñas basuras. Veo que todos estamos emocionados de estar en el coliseo.
Usando su lanza, la clavó dentro de la jaula con casi la intención de atacar.
Gritando, todos los esclavos se apiñaron hacia la esquina de la jaula.
Al mirar el miedo en sus rostros, el soldado sonrió mientras clavaba la culata de la lanza en el suelo.
—Bien, ahora, sé que estamos ansiosos por luchar entre nosotros. Pero guárdenlo para después, ya que tenemos otro lugar donde ustedes podrán derramar sangre. Donde, por cierto, ustedes serán los primeros en participar.
—¿Qué quieres decir? — Preguntó el Fauno con cuidado.
—Piensa, ¿por qué el director del Coliseo Tantil compraría esclavos, incluidos los que están a punto de morir?
Una charla nerviosa se extendió entre los esclavos.
El hombre calvo finalmente se calmó, juntó la rodilla e inclinó la cabeza. La elfa apretó fuertemente a Juan como para tranquilizarlo y repetidamente susurró en voz baja: “Está bien, cariño”.
Mientras tanto, el interés de Juan se había desviado hacia otro tema.
¿Tantil? ¿Coliseo?
Los lugares sonaban familiares.
—Oye.
Juan abrió la boca y el hombre con cuernos de cabra montés lo miró sorprendido.
—¿Es este lugar Tantil? ¿Hay un Coliseo en Tantil?
—Tu forma de hablar es …… Bueno, sí. Tantil es conocido por su Coliseo. Pero no te preocupes. Solo hay abucheos cuando envían a niños como tú. Te utilizarán más para cosas como recados. Los gladiadores siempre necesitan esclavos.
Pero Juan no escuchaba sus palabras. Solo había un pensamiento en su cabeza.
Tantil era el nombre de la tierra donde Juan dejó su huella al matar a un dios por primera vez.
La tierra donde el emperador plantó la bandera de la esperanza para la humanidad.
Durante la era en la que los dioses y los humanos lucharon, un dios con el nombre de Taltere de la Locura residió en esta tierra.
Taltere a menudo exigía seres sacrificados a sus seguidores. Y su disfrute incluía ver a los seres sacrificados matarse unos a otros, manchando el suelo de sangre. La locura y la sangre de aquí es donde Taltere obtuvo su poder.
Hasta el día en que Juan ordenó sellar el templo de Taltere, sus seguidores seguían llamando al templo un Coliseo.
Una vez más … ¿se construyó un Coliseo en Tantil?
Juan se sintió raro.
Había dedicado toda su vida a matar dioses, por lo que su corazón comenzó a latir suavemente.
Pero Juan rápidamente reprimió los latidos de su corazón.
—Ya no soy el emperador.
Juan se mordió el labio.
‘El emperador ha muerto. Fue asesinado. Por un humano. Por las manos en las que más confiaba.’
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